Al inicia un sesión de
reflexología, el reflexólogo examina los pies mirando a su color, apariencia y
condición para ver si hay alguna causa subyacente para este malestar por el
cual el paciente acude a consulta. Durante
el masaje se estimulan las áreas reflejas vinculadas con el sistema nervioso y
las emociones, creando relajación y mejorando nuestro estado de ánimo. Mediante
la presión de ciertos puntos en el pie el reflexólogo elimina los bloqueos y
aumenta la energía, vitalidad y armonía del cuerpo. Para lograr esto debe
centrarse en particular en los puntos asociados con la pituitaria, el timo, la
glándula pineal, la tiroides y las glándulas paratiroides. Estas áreas son conocidas como las reguladoras
de nuestras emociones y nuestro bienestar mental. Al masajearlas el reflexólogo
busca generar alivio y estabilizar los cambios de humor del paciente. Esta
terapia romper la acumulación de ácido láctico y restaurar el correcto
funcionamiento de las glándulas para equilibrar el cuerpo. La reflexología no
usa ninguna clase de medicamento, usa solamente masajes en zonas específicas
del cuerpo.
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